Elegible por su origen natural (Cáñamo) era de esperarse que fuera más allá del consumo humano, siendo también una opción para nuestros compañeros de casa, las mascotas.
Todos los mamíferos tienen un sistema endocannabinoide al igual que algunas plantas como el cáñamo y la marihuana, la diferencia es que las plantas producen CBD y lo almacenan mientras que los demás lo ocupan conforme lo producen.
Los fitocannabinoides (cannabinoides provenientes de las plantas) estimulan receptores de este sistema que regulan funciones del sistema nervioso, algunos órganos y sistema inmune.
Estos mismos receptores influyen en varios procesos como la inflamación, dolor, alergias, emociones, ansiedad y estrés, aprendizaje, piel, apetito.
Por esta razón el uso de CBD en las personas se ha extendido a mascotas como perros o gatos, pues se cree que actúa de manera similar en ellos.